A primera vista, la idea de simplemente contemplar el infinito sin realizar ninguna actividad puede parecer opuesta al concepto de productividad. No obstante, según la ciencia, al hacerlo estás creando un espacio innovador en tu cerebro que facilita la consolidación de conocimientos y la combinación de elementos abstractos, dando lugar a ideas creativas.
Contra todo pronóstico, parece que otorgarle pequeñas vacaciones al cerebro mediante el acto de soñar despierto, comúnmente conocido como quedarse embobado, activa áreas cerebrales relacionadas con la generación de ideas y el aprendizaje de nuevos conceptos. Por lo tanto, resulta beneficioso permitirse, de vez en cuando, apartar la vista de la pantalla y desconectar del mundo simplemente no haciendo nada.
Este descanso consciente sin conexión se conoce técnicamente como Estado de vigilia tranquila o popularmente como soñar despierto. Representa un estado relajado de conciencia ambiental que facilita el procesamiento de pensamientos complejos mientras se está despierto y en reposo. Es como activar el «Modo avión» en tu mente, donde permanece consciente, pero de alguna manera el entorno desaparece, dando paso a pensamientos más abstractos y creativos.
Mientras algunas personas tienen una destreza innata para alcanzar ese estado mental, otras lo logran realizando tareas simples y repetitivas, como lavar los platos, limpiar el coche o tender la colada. No es raro que ideas brillantes surjan mientras uno se ducha o cocina. Bill Gates, en una de sus sesiones de preguntas con usuarios de Reddit, afirmó que una de sus actividades favoritas para alcanzar ese estado de relajación mental es fregar los platos. La ciencia respalda esta práctica.
La inactividad potencia la memoria. La ciencia ha demostrado que el estrés perjudica la recuperación de la memoria a largo plazo, por lo que una solución para contrarrestar esta pérdida es permitir que el cerebro se tome un respiro de vez en cuando. Un estudio publicado en Nature examinó la actividad neuronal de ratones mientras soñaban despiertos, revelando la activación de diversos patrones neuronales y estimulando el hipocampo, la región responsable de la memoria y el aprendizaje.
Estos descubrimientos subrayan la importancia de incorporar momentos de desconexión para el cerebro, con el fin de consolidar conocimientos y asimilar nueva información. Por más anecdótico que pueda parecer, esta fase de «no hacer nada» parece contribuir significativamente a ser más eficiente y productivo al regresar a la actividad.
Permitir que las ideas descabelladas fluyan. Cuando apenas contaba con 16 años, el premio Nobel Albert Einstein encontró la inspiración para desarrollar su Teoría de la Relatividad, que cambiaría para siempre los fundamentos de la física moderna. Aunque el desarrollo de la teoría fue resultado de años de trabajo, la chispa creativa le llegó mientras soñaba despierto.
Un estudio publicado en 2022 señala que el estado mental alcanzado por el cerebro durante este proceso de ensoñación consciente es similar al que adopta durante los procesos creativos. Por lo tanto, no sorprende que el resultado sea la generación de ideas innovadoras producto de la combinación de elementos y conocimientos abstractos que hemos adquirido. En este estado, el cerebro se convierte en un cajón de arena cognitivo para las ideas, divirtiéndose al jugar con ellas y ofreciendo nuevos enfoques de manera subconsciente.
Este escenario es comparable a las fases iniciales del sueño, con la ventaja de que, al despertar de este «trance» consciente, recordarás la idea y podrás desarrollarla o descartarla, algo que no siempre se logra con las ideas generadas durante el sueño, que suelen olvidarse al despertar.
No estoy distraído, estoy resolviendo problemas. Otro beneficio respaldado por la ciencia al alcanzar un estado mental de ensoñación consciente es la mejora en la resolución de problemas. Diversas investigaciones vinculan el aumento de la creatividad en este estado con un mayor desarrollo de la capacidad para resolver problemas.
Se ha revelado mediante investigaciones que aquellos individuos que dedican un tiempo a la ensoñación consciente antes de abordar la resolución de un problema exhiben una capacidad superior y lo hacen de manera más creativa. Mediante resonancias magnéticas cerebrales, se ha observado una notable actividad en diversas regiones cerebrales, incluyendo la red ejecutiva vinculada a la solución de problemas complejos.